El 28 de abril de 2025, España vivió un apagón histórico que dejó a miles de ciudadanos sin electricidad durante varias horas. Este incidente, que ha sido objeto de análisis y debate, ha puesto de relieve la vulnerabilidad del sistema eléctrico español y ha suscitado interrogantes sobre la gestión y la transparencia de las empresas del sector. La Red Eléctrica de España (REE) ha señalado que el origen del apagón se encuentra en el «mal funcionamiento» de una planta fotovoltaica en Badajoz, aunque los detalles específicos sobre la instalación no han sido revelados por razones de confidencialidad.
### La Dinámica del Apagón
Según el informe presentado por REE, el apagón comenzó a las 12:03 del 28 de abril, cuando se produjo una «oscilación forzada de frecuencia» en el sistema eléctrico. En ese momento, la situación del sistema era normal y no había indicios de que algo pudiera salir mal. Sin embargo, en cuestión de minutos, la oscilación provocó una bajada del nivel de tensión que se prolongó durante casi cinco minutos, lo que obligó a los operadores a tomar medidas inmediatas para evitar un colapso total.
La planta fotovoltaica, identificada como «A» en el informe, estaba conectada a la red de transporte y su mal funcionamiento fue atribuido a problemas en los controles internos. Este fallo generó una serie de desconexiones en otras instalaciones, lo que llevó a una reducción significativa de la capacidad de generación en el sistema. En total, más de 2.000 MW fueron desconectados, lo que superó la capacidad del sistema para mantener niveles de tensión adecuados.
La situación se complicó aún más cuando se observó un «crecimiento anómalo» de la demanda, que en realidad era una desconexión de generación. Esto llevó a que se desconectaran 700 MW de pequeñas instalaciones, muchas de las cuales eran plantas de autoconsumo. La falta de visibilidad sobre estas instalaciones dificultó la gestión de la crisis, y la REE tuvo que actuar rápidamente para evitar un desastre mayor.
### La Respuesta de las Autoridades y la Transparencia del Sector
La respuesta de las autoridades y de la propia REE ha sido objeto de críticas. En el informe del Gobierno, se señala que la empresa no realizó una planificación adecuada de la potencia de reserva en el mercado, lo que contribuyó a la magnitud del apagón. La vicepresidenta del Gobierno, Sara Aagesen, ha calificado esta falta de planificación como un factor clave en el incidente.
Beatriz Corredor, presidenta de Redeia, matriz de REE, ha defendido la gestión de la empresa, subrayando que su función es operar con «transparencia, objetividad y eficiencia económica». Sin embargo, ha admitido que la empresa no gestiona las redes de distribución ni las redes privadas de evacuación de generación, lo que limita su capacidad para actuar en situaciones de crisis. La falta de coordinación con otros operadores del sistema eléctrico ha sido un punto de crítica, ya que algunos de ellos no proporcionaron información de calidad o no entregaron los datos necesarios para una evaluación completa del incidente.
Desde el 1 de mayo, REE ha enviado 57 informes al comité que investiga el apagón, lo que demuestra un esfuerzo por colaborar en la investigación. Sin embargo, la falta de datos completos y la confidencialidad impuesta por algunas empresas del sector han dificultado la obtención de una imagen clara de lo sucedido. La presidenta de Redeia ha enfatizado que la depuración de responsabilidades corresponde a las autoridades competentes, como la CNMC y la Audiencia Nacional.
El apagón de Badajoz ha puesto de manifiesto la necesidad de una revisión exhaustiva de la infraestructura eléctrica en España. La dependencia de fuentes de energía renovable, aunque necesaria para la transición energética, también plantea desafíos en términos de estabilidad y gestión del sistema. La falta de visibilidad sobre las instalaciones de generación y la desconexión de pequeñas plantas de autoconsumo son aspectos que deben ser abordados para evitar que incidentes como este se repitan en el futuro.
La situación ha generado un debate sobre la necesidad de mejorar la regulación y la supervisión del sector eléctrico en España. La transparencia en la gestión de datos y la coordinación entre los diferentes operadores son esenciales para garantizar la estabilidad del sistema y la confianza de los ciudadanos en la infraestructura eléctrica del país. A medida que España avanza hacia un modelo energético más sostenible, es crucial aprender de los errores del pasado y establecer medidas que aseguren un suministro eléctrico fiable y seguro para todos.