La economía española ha sido objeto de análisis y debate en los últimos meses, especialmente en lo que respecta a las proyecciones de crecimiento y la inversión empresarial. A pesar de las afirmaciones del Gobierno sobre un crecimiento robusto, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) ha presentado cifras que contrastan notablemente con las expectativas oficiales. En este contexto, es fundamental entender las razones detrás de estas discrepancias y las implicaciones que tienen para el futuro económico del país.
La AIReF ha revisado a la baja sus previsiones de crecimiento, anticipando un aumento del Producto Interno Bruto (PIB) del 2,3% para 2025, en comparación con el 2,6% que estima el Gobierno. Sin embargo, la diferencia más significativa se observa en las proyecciones para los años siguientes. La AIReF prevé que el crecimiento entre 2026 y 2028 se mantenga por debajo del 2%, con cifras que rondan el 1,7% y 1,6%, mientras que el Ministerio de Economía se aferra a un crecimiento del 2,2% y 2,1% para esos mismos años. Esta divergencia pone de relieve la falta de consenso sobre la salud económica del país y plantea interrogantes sobre la confianza en la inversión.
Uno de los puntos críticos en este análisis es la inversión empresarial, que juega un papel crucial en el crecimiento económico. El Gobierno ha proyectado un aumento del 9,6% en la formación bruta de capital fijo entre este año y el próximo, mientras que la AIReF estima que este crecimiento será solo del 5,3%. A lo largo de cuatro años, el Gobierno espera un crecimiento acumulado de la inversión del 18,9%, en contraste con el 8,3% que prevé la AIReF. Esta diferencia de casi la mitad refleja una visión optimista del Gobierno que no se alinea con la realidad del mercado.
La AIReF ha señalado que las expectativas del Ministerio de Economía son especialmente llamativas, dado el contexto de incertidumbre que persiste en la economía global. La directora de la División de Análisis Económico de la AIReF, Esther Gordo, ha destacado que la inversión es el componente del PIB más sensible a la incertidumbre. Si los empresarios perciben un alto riesgo, es probable que pospongan sus decisiones de inversión, lo que podría frenar el crecimiento económico.
La situación se complica aún más al considerar que, a partir de 2026, se espera que desaparezca el impulso de la inversión pública asociado a los fondos europeos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Estos fondos han sido fundamentales para elevar la inversión pública en los últimos años, pero la AIReF advierte que la inversión privada sigue mostrando una debilidad significativa. Mientras que la inversión pública ha superado en un 25% los niveles previos a la pandemia, la inversión privada apenas ha logrado recuperar esos niveles, lo que indica una falta de confianza en el futuro económico.
Las proyecciones de la AIReF sugieren que la inversión privada crecerá un 3,3% este año, pero se espera que este avance se modere en los años siguientes, con cifras de 1,9% en 2026, 1,6% en 2027 y 1,3% en 2028. Por otro lado, el Gobierno mantiene expectativas de crecimiento más optimistas, con cifras del 4,3% en 2025 y del 5,1% en 2026. Esta discrepancia en las proyecciones plantea serias dudas sobre la capacidad del Gobierno para estimular la inversión en un entorno de incertidumbre.
La incertidumbre no solo proviene de factores internos, sino también de la situación internacional. La AIReF ha advertido sobre el impacto negativo que puede tener una «guerra psicológica» en la confianza empresarial, especialmente en el contexto de las tensiones comerciales globales. Los expertos han señalado que las amenazas y la inestabilidad en el comercio exterior podrían afectar la inversión y, por ende, el crecimiento económico. Esto se traduce en menos ventas hacia Estados Unidos y a los socios europeos más expuestos a los aranceles impuestos por el país norteamericano.
En resumen, la economía española enfrenta un panorama complejo, donde las proyecciones optimistas del Gobierno chocan con las realidades planteadas por la AIReF. La inversión, un pilar fundamental para el crecimiento, se encuentra en una situación delicada, marcada por la incertidumbre y la falta de confianza. A medida que avanzamos hacia los próximos años, será crucial observar cómo se desarrollan estos factores y cómo impactan en la economía en su conjunto.