El polígono industrial de Coslada, ubicado al noroeste de Madrid, fue el escenario donde comenzó la historia de Escribano Mechanical & Engineering (EM&E), una empresa que ha evolucionado de fabricar piezas metálicas para la automoción a convertirse en un actor clave en el sector de la defensa. Fundada en los años 80 por Ángel Escribano, la compañía ha experimentado un crecimiento exponencial en los últimos años, especialmente bajo la dirección de sus hijos, Ángel y Javier Escribano. Hoy, EM&E se encuentra en el centro de una controvertida propuesta de compra por parte de Indra, una multinacional del Ibex 35, que también está presidida por Ángel Escribano. Esta operación ha levantado numerosas alarmas sobre posibles conflictos de interés y la intervención del Gobierno en el sector empresarial.
La propuesta de Indra para adquirir EM&E se produce en un contexto donde el Gobierno español, a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), es el principal accionista de Indra. Este movimiento se alinea con un plan más amplio del Ejecutivo para fortalecer a Indra en el sector de defensa, un área que ha cobrado relevancia en el actual entorno geopolítico. Con un plan de inversión en defensa que movilizará más de 10.000 millones de euros, Indra se posiciona como el principal beneficiario de los contratos públicos relacionados con la defensa, lo que plantea serias dudas sobre la transparencia y la ética de la operación.
### Un Triángulo de Influencias
La relación entre Indra, EM&E y el Gobierno español forma un triángulo de influencias que podría tener repercusiones significativas en el mercado. La absorción de EM&E por parte de Indra no solo beneficiaría a la empresa, sino que también podría consolidar el poder del Gobierno en el Ibex 35. Este escenario ha generado preocupación entre los expertos en gobierno corporativo, quienes advierten sobre los riesgos de un «pelotazo» empresarial, donde las decisiones se toman más por intereses políticos que por fundamentos económicos.
Los hermanos Escribano han demostrado un notable olfato para los negocios, llevando a EM&E de una facturación de 45 millones de euros en 2019 a la proyección de superar los 400 millones en el presente año. Con más de 1.300 empleados y centros de producción en varias provincias, la compañía ha sabido adaptarse a las exigencias del mercado, especialmente en el sector de defensa, donde la demanda ha crecido debido a las inversiones de la OTAN.
Sin embargo, la propuesta de compra ha suscitado críticas. La posibilidad de que los hermanos Escribano, como compradores y vendidos en esta operación, se enfrenten a un conflicto de intereses es un tema candente. Aunque se ha sugerido que podrían abstenerse en la votación del consejo de administración de Indra para evitar este conflicto, la realidad es que la operación podría avanzar sin demasiados obstáculos, gracias al peso significativo de la SEPI en el capital de Indra.
### El Papel de la CNMV y la Vigilancia del Mercado
La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) también juega un papel crucial en este escenario. Históricamente, el organismo ha mantenido una postura pasiva en operaciones donde el Gobierno ha intervenido, lo que ha llevado a cuestionamientos sobre su independencia y efectividad. En el caso de la reciente operación de Talgo, por ejemplo, la CNMV no intervino, permitiendo que el Gobierno interfiriera en el proceso de venta, lo que generó un precedente preocupante.
La falta de intervención de la CNMV en la operación de Indra podría resultar en un daño a los intereses de los pequeños accionistas, quienes podrían verse perjudicados por decisiones que favorecen a los grandes accionistas y a los intereses políticos. La situación es aún más compleja dado que tres de los cinco consejeros de la CNMV están vinculados al Gobierno, lo que plantea dudas sobre la imparcialidad del organismo en la supervisión de este tipo de operaciones.
En resumen, la Operación Escribano no solo es un caso de fusión empresarial, sino que también es un reflejo de las dinámicas de poder en el Ibex 35 y la influencia del Gobierno en el sector privado. A medida que la situación se desarrolla, será crucial observar cómo se manejan los conflictos de interés y qué papel juega la CNMV en la regulación de estas transacciones. La interconexión entre el Gobierno, Indra y EM&E podría redefinir el panorama empresarial en España, planteando preguntas sobre la ética y la transparencia en la toma de decisiones económicas.