La situación fiscal en España se ha convertido en un tema de creciente preocupación, especialmente para las familias con hijos. Según el último informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el país se sitúa entre los más altos en cuanto a la cuña fiscal, que representa la carga derivada del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) y las cotizaciones sociales. Este fenómeno no solo afecta la economía familiar, sino que también tiene implicaciones más amplias en la natalidad y el bienestar social.
### La Cuña Fiscal en España: Un Análisis Comparativo
El informe ‘Taxing Wages 2025’ revela que, en 2024, la cuña fiscal para una familia media con un solo asalariado y dos hijos en España alcanzó el 36,1%. Esto coloca al país como el séptimo en la OCDE y el sexto en la Unión Europea con mayor carga fiscal. Solo Francia, Turquía, Finlandia, Grecia, Suecia y Bélgica superan a España en este aspecto. Para poner esto en perspectiva, la media de la OCDE es de 25,7%, lo que significa que las familias españolas enfrentan una carga fiscal significativamente mayor.
Este aumento en la carga fiscal no es un fenómeno aislado. En el último año, la cuña fiscal en España ha crecido en 0,63 puntos, mientras que la media de la OCDE solo aumentó en 0,16 puntos. Esto indica que la brecha entre España y otros países de la OCDE se está ampliando, lo que podría tener consecuencias a largo plazo para la economía y la estructura demográfica del país.
Cuando se analiza la situación de una familia con dos trabajadores, la cuña fiscal en España se eleva al 37,9%, frente al 29,5% de la media de la OCDE. Este dato coloca a España como el cuarto país con mayor carga fiscal en este contexto, solo superado por Bélgica, Francia y Alemania. La presión fiscal sobre las familias con hijos es un factor que podría influir en la decisión de tener más hijos, especialmente en un contexto donde la natalidad está en declive.
### Impacto en la Natalidad y el Bienestar Familiar
La alta carga fiscal no solo afecta el bolsillo de las familias, sino que también tiene repercusiones en la tasa de natalidad del país. España se enfrenta a uno de los peores años en términos de nacimientos, con cifras que indican que la natalidad ha caído a la mitad en comparación con hace 50 años. Este descenso en la natalidad puede estar relacionado con la presión económica que enfrentan las familias, que se ven obligadas a destinar una parte significativa de sus ingresos a impuestos y cotizaciones.
Además, la situación se complica con el aumento de la inflación y la falta de medidas efectivas por parte del Gobierno para aliviar la carga fiscal. La progresividad en frío del IRPF, que no se ha ajustado a la inflación, ha llevado a un aumento en la recaudación fiscal, lo que agrava aún más la situación de las familias. En este contexto, el Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI), que incrementa las cuotas a la Seguridad Social, también contribuye a la presión fiscal.
La combinación de una alta carga fiscal y un entorno económico incierto puede llevar a muchas familias a reconsiderar sus planes de crecimiento familiar. La falta de apoyo financiero y las dificultades para equilibrar el trabajo y la vida familiar son factores que pueden desincentivar a las parejas a tener más hijos. En un país donde la familia es un pilar fundamental de la sociedad, esta tendencia podría tener consecuencias a largo plazo en la estructura demográfica y en la sostenibilidad del sistema de pensiones.
En resumen, la alta carga fiscal en España representa un desafío significativo para las familias con hijos. La presión económica derivada de impuestos y cotizaciones sociales no solo afecta el bienestar inmediato de las familias, sino que también tiene implicaciones más amplias en la natalidad y la cohesión social. Es fundamental que se tomen medidas para abordar esta situación y aliviar la carga sobre las familias, promoviendo así un entorno más favorable para el crecimiento demográfico y el bienestar social.