La política migratoria en España ha sido un tema candente en los últimos años, especialmente con la llegada de nuevos ciclos electorales que han reavivado viejas propuestas. Una de las iniciativas más discutidas es la del «visado por puntos», recientemente rescatada por el líder del Partido Popular (PP), Alberto Núñez Feijóo. Esta propuesta, que busca establecer un sistema de visados y permisos basado en las cualificaciones profesionales y los vínculos históricos de los migrantes con España, no es nueva; de hecho, fue planteada por Mariano Rajoy en 2008, pero nunca se implementó. En este artículo, exploraremos los detalles de esta propuesta y su contexto en el panorama político actual.
La propuesta de Feijóo se presenta en un momento en que el PP busca consolidar su base de votantes de derecha, especialmente ante la competencia de partidos como Vox. Durante un reciente encuentro en Murcia, Feijóo discutió un documento que esboza las líneas maestras de un nuevo plan migratorio, aunque los detalles específicos aún no han sido revelados. La idea de un visado por puntos se basa en la premisa de que se priorizará la entrada de aquellos migrantes que puedan contribuir a sectores con escasez de mano de obra y que tengan un mayor potencial de integración en la sociedad española.
### Un Sistema de Visados con Raíces Históricas
El concepto de un visado por puntos no solo se centra en las habilidades laborales de los migrantes, sino que también considera los vínculos históricos entre España y ciertos países, especialmente en Latinoamérica. Feijóo ha enfatizado la importancia de estos lazos, argumentando que la integración de personas provenientes de naciones hispanoamericanas representa una oportunidad para enriquecer culturalmente a España. Esta visión, que recuerda a la retórica utilizada por Rajoy, sugiere un enfoque que podría ser visto como una forma de favorecer a ciertos grupos de migrantes sobre otros, lo que ha generado críticas por su posible naturaleza xenófoba.
Sin embargo, la propuesta de Feijóo no se limita a la creación de un sistema de visados. También incluye medidas más drásticas, como la expulsión de migrantes con residencia legal que hayan sido condenados por delitos, incluso si son menores. Esta idea ha suscitado preocupaciones sobre la criminalización de la migración y el impacto que podría tener en las comunidades migrantes ya establecidas en España. La legislación actual ya permite la deportación de criminales peligrosos, pero la ampliación de esta política a delitos menores podría tener consecuencias graves para muchos.
### La Reacción de la Sociedad y los Partidos Opositores
La propuesta del visado por puntos y las medidas de expulsión han generado un amplio debate en la sociedad española. Muchos críticos argumentan que estas políticas son un intento de apelar a los miedos y prejuicios de la población en un momento en que la inmigración es un tema polarizador. La retórica utilizada por el PP se alinea con tendencias observadas en otros países europeos, donde la inmigración se ha convertido en un tema central en las campañas electorales, a menudo acompañado de un discurso xenófobo.
Los partidos de izquierda y organizaciones de derechos humanos han denunciado estas propuestas, argumentando que fomentan un clima de miedo y desconfianza hacia los migrantes. Además, se ha señalado que la implementación de un sistema de visados por puntos podría resultar en la exclusión de personas altamente cualificadas que no cumplan con los criterios establecidos, lo que podría perjudicar a la economía española en lugar de beneficiarla.
En este contexto, la propuesta de Feijóo se enfrenta a un desafío significativo: convencer a la población de que un sistema de visados por puntos es la solución adecuada para los problemas migratorios de España. A medida que se acercan las elecciones, será crucial observar cómo se desarrolla este debate y qué impacto tendrá en la política migratoria del país. La historia del visado por puntos es un recordatorio de que las soluciones a los problemas complejos de la migración requieren un enfoque más matizado y humano, en lugar de medidas que puedan exacerbar la división y el miedo en la sociedad.