El 28 de abril de 2025, España y Portugal experimentaron un apagón masivo que dejó a millones de ciudadanos sin electricidad ni telecomunicaciones. Este evento, que se produjo a las 12:40 del mediodía, desató una serie de reacciones tanto en el gobierno como en la población, revelando la vulnerabilidad del sistema eléctrico y la importancia de una gestión eficaz en situaciones de crisis. A continuación, se detalla cómo se desarrollaron los acontecimientos y las respuestas del gobierno ante esta emergencia.
**La Emergencia Nacional**
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se encontraba en una reunión con su homólogo de Chipre cuando recibió la noticia del apagón. Su jefe de gabinete, Diego Rubio, le informó que había una «emergencia nacional» debido a una caída total del suministro eléctrico. La situación era crítica, ya que la demanda programada de energía era de casi 25,000 megavatios, mientras que la real se había reducido a poco más de 10,000 megavatios, lo que significaba que 15,000 megavatios habían desaparecido de la red sin explicación.
A medida que la noticia se propagaba, el gobierno se movilizó rápidamente. Sánchez convocó a una reunión extraordinaria del Consejo de Seguridad Nacional, donde se discutieron las prioridades y se establecieron protocolos de acción. La experiencia previa del gobierno en la gestión de crisis, como la pandemia de COVID-19 y desastres naturales, fue clave para la respuesta inicial. Sin embargo, la percepción pública y la crítica de la oposición comenzaron a surgir casi de inmediato, cuestionando la capacidad del gobierno para manejar la situación.
**La Respuesta del Gobierno**
A medida que la crisis se desarrollaba, el presidente Sánchez tomó la decisión de visitar las instalaciones de Red Eléctrica para obtener información de primera mano. Acompañado por varios ministros, exigió respuestas sobre la causa del apagón y el tiempo estimado para restablecer el suministro. La presidenta de Red Eléctrica, Beatriz Corredor, no estaba presente, lo que generó aún más frustración entre los funcionarios del gobierno.
Durante la visita, se reveló que la falta de información clara y precisa estaba causando un estado de shock entre los técnicos de la empresa. La situación se complicó aún más cuando se supo que más de 30,000 personas estaban atrapadas en trenes debido a la falta de electricidad, lo que aumentó la presión sobre el gobierno para actuar rápidamente.
La estrategia del gobierno se centró en restablecer el suministro eléctrico lo más rápido posible y mantener a la opinión pública informada. Sin embargo, la falta de datos concretos llevó a la confusión y a la propagación de rumores, lo que complicó aún más la situación. En medio de la crisis, Sánchez tuvo que lidiar con la oposición, que criticaba la gestión del apagón y exigía respuestas inmediatas.
**La Gestión de la Crisis**
A lo largo de las horas siguientes, el gobierno celebró múltiples reuniones del Consejo de Seguridad Nacional para evaluar la situación y coordinar la respuesta. La vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Sara Aagesen, fue designada como la figura clave para manejar la crisis técnica. Su experiencia en el sector energético fue vista como un activo valioso, aunque también enfrentó el desafío de comunicar información técnica compleja a un público no especializado.
A medida que avanzaba la tarde, el suministro eléctrico comenzó a restablecerse en varias áreas, pero las preguntas sobre las causas del apagón persistieron. La falta de información clara llevó a la apertura de investigaciones tanto a nivel nacional como europeo, con el objetivo de determinar si el apagón fue causado por un fallo sistémico o si hubo algún tipo de sabotaje.
La situación se tornó aún más complicada cuando se supo que las operadoras eléctricas estaban preparándose para evitar asumir responsabilidades y pagar indemnizaciones. Esto generó tensiones entre el gobierno y las empresas del sector, lo que complicó aún más la gestión de la crisis.
**Reflexiones Finales**
El apagón del 28 de abril de 2025 no solo puso de manifiesto la fragilidad del sistema eléctrico español, sino que también destacó la importancia de una gestión de crisis efectiva. La respuesta del gobierno, aunque rápida, fue criticada por la falta de información y la percepción de desorganización. A medida que se desarrollan las investigaciones y se buscan responsables, la experiencia adquirida durante esta crisis será crucial para mejorar la preparación y la respuesta ante futuras emergencias energéticas.