El 29 de octubre de 2025, se conmemora el primer aniversario de la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) que devastó la Comunidad Valenciana, dejando un saldo trágico de 237 muertos, de los cuales 229 eran de esta región. Este evento no solo marcó un hito en la historia meteorológica de España, sino que también ha sido utilizado como telón de fondo en el escenario político actual. En este contexto, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha sido objeto de críticas por su manejo de la situación durante la sesión de control al Ejecutivo en el Congreso de los Diputados.
La DANA, que se tradujo en inundaciones catastróficas, ha dejado una huella imborrable en la memoria colectiva de los valencianos. En el acto conmemorativo, se recordó a las víctimas y se hizo un llamado a la empatía y la memoria. Sin embargo, el uso de esta tragedia por parte de los políticos ha suscitado un intenso debate sobre la ética en la política y la responsabilidad de los líderes en momentos de crisis.
### La Respuesta de Pedro Sánchez y la Crítica del PP
Durante la sesión de control, el líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, cuestionó a Sánchez sobre su intención de decir la verdad en la comisión de investigación del Senado relacionada con la corrupción en el PSOE. A pesar de la seriedad de la pregunta, Sánchez optó por no responder directamente, alegando que «hoy no es el día» para tratar esos temas, refiriéndose a la conmemoración de las víctimas de la DANA. Esta evasión ha sido interpretada por muchos como un intento de eludir la responsabilidad y las críticas que enfrenta su gobierno.
Feijóo, por su parte, no se quedó callado y acusó a Sánchez de utilizar el dolor de las víctimas como una excusa para evitar responder a la oposición. «Ha sido tan indecente que ha utilizado a las víctimas en este día de recuerdo para no contestar a la oposición», afirmó la portavoz del PP, Ester Muñoz, quien también criticó la falta de sinceridad del presidente en su respuesta a otros grupos parlamentarios.
La tensión entre ambos líderes se intensificó cuando Feijóo recordó que hace un año, el PSOE había regresado al Congreso para abordar otros asuntos mientras las víctimas de la DANA aún estaban sufriendo. Este tipo de acusaciones no solo resalta la polarización política en España, sino que también plantea preguntas sobre la moralidad de los políticos al abordar tragedias nacionales.
### La DANA como Símbolo de Desastre y Oportunidad Política
La DANA no solo ha sido un desastre natural, sino que también se ha convertido en un símbolo de la lucha política en España. La tragedia ha sido utilizada por diferentes partidos para criticar al gobierno actual y para recordar a los ciudadanos la importancia de la transparencia y la rendición de cuentas. En este sentido, la DANA ha servido como un recordatorio de que la política y la tragedia a menudo están entrelazadas.
El aniversario de la DANA ha llevado a muchos a reflexionar sobre la gestión de emergencias en España y la preparación ante desastres naturales. La falta de respuesta adecuada en el momento de la crisis ha sido un punto de crítica constante hacia el gobierno, y muchos ciudadanos exigen cambios significativos en la forma en que se manejan estas situaciones.
Además, la política de reconstrucción y apoyo a las víctimas ha sido un tema recurrente en el discurso político. Los partidos de la oposición han instado al gobierno a priorizar la ayuda a los afectados y a garantizar que no se repitan errores del pasado. La reconstrucción de la Comunidad Valenciana tras la DANA es vista como una prueba de la capacidad del gobierno para gestionar crisis y responder a las necesidades de sus ciudadanos.
En este contexto, el aniversario de la DANA no solo es un momento de recuerdo y homenaje a las víctimas, sino también una oportunidad para que los políticos reflexionen sobre su papel en la sociedad y la importancia de la empatía en la política. La forma en que se manejen estas situaciones en el futuro podría definir no solo la reputación de los líderes actuales, sino también el futuro político de España.
La DANA ha dejado una marca indeleble en la historia reciente de España, y su aniversario es un recordatorio de la fragilidad de la vida y la necesidad de una política más humana y responsable. A medida que el país avanza, la memoria de las víctimas debe servir como un faro que guíe a los líderes hacia un futuro más compasivo y comprometido con el bienestar de todos los ciudadanos.

