La posibilidad de que Actividades de Construcción y Servicios (ACS) puje por el contrato del Gran Estadio de Casablanca, que se construirá para el Mundial 2030, ha generado un intenso debate interno en la compañía. Este megaproyecto, que busca erigir el mayor estadio del mundo con capacidad para 115,000 espectadores, ha suscitado tanto interés como preocupación entre los altos directivos de ACS, liderada por Florentino Pérez.
### Un Proyecto Ambicioso con Riesgos Considerables
El interés de ACS por este contrato, que supera los 300 millones de euros, no ha sido bien recibido por todos los miembros de la cúpula directiva. Algunos ejecutivos consideran que los riesgos asociados a la obra podrían no compensar los beneficios potenciales. La carga simbólica de construir un estadio de tal magnitud en Marruecos, especialmente en un contexto donde la compañía tiene vínculos con el Real Madrid, añade una capa de complejidad a la decisión.
La obra, que debe estar lista para 2027, se convierte en un punto de tensión, ya que podría arrebatar la posibilidad de que la final del Mundial se celebre en estadios españoles como el Santiago Bernabéu o el Camp Nou. Esto plantea un dilema estratégico para ACS, que debe equilibrar su ambición de expansión internacional con las implicaciones políticas y sociales que podría acarrear.
El CEO de ACS, Juan Santamaría, ha mostrado interés en el proyecto, pero también ha reconocido las complicaciones que podrían surgir debido a la legislación marroquí y a la percepción pública en España. La compañía ha estado realizando estudios de viabilidad en colaboración con despachos de abogados con experiencia en el país, lo que indica que están tomando en serio los posibles obstáculos legales y operativos.
### Antecedentes de Controversia en Proyectos Relacionados
La situación actual no es la primera vez que ACS se enfrenta a dilemas similares. En el pasado, la compañía ya ha tenido que lidiar con la controversia en torno a proyectos relacionados con el Real Madrid. Un ejemplo notable fue la licitación para la construcción de una nueva estación de metro junto al estadio Santiago Bernabéu, donde ACS decidió retirarse de la puja a pesar de haber mostrado interés inicial. Esta decisión fue interpretada como una estrategia para evitar conflictos de interés, dado que Florentino Pérez es el presidente del club.
La historia de ACS en proyectos vinculados al Real Madrid ha sido compleja. En ocasiones anteriores, la empresa ha optado por no participar en licitaciones que podrían generar críticas o percepciones negativas, lo que ha llevado a que competidores como Fomento de Construcciones y Contratas se beneficien de contratos que ACS podría haber considerado.
El Gran Estadio de Casablanca representa una oportunidad significativa para ACS, pero también un riesgo considerable. La decisión final sobre si pujar o no por este contrato se tomará antes del 10 de junio, cuando vence el plazo para la presentación de ofertas. Este será un momento crucial que determinará el rumbo de la compañía en el ámbito internacional y su relación con el fútbol español.
En resumen, la división interna en ACS sobre el Gran Estadio de Casablanca refleja las tensiones inherentes a la expansión internacional de una empresa con fuertes lazos en su país de origen. La decisión que tome la compañía no solo afectará su futuro inmediato, sino que también podría tener repercusiones en su reputación y en su relación con el deporte rey en España.