El reciente Clásico entre Barcelona y Real Madrid, que terminó con un emocionante marcador de 4-3 a favor del equipo catalán, ha desatado una ola de críticas y debates en torno a las decisiones arbitrales y el uso del VAR. En particular, dos acciones han generado un gran revuelo: un gol que involucró una mano y un penalti no concedido. Estos incidentes han puesto en tela de juicio la efectividad del sistema de videoarbitraje y la transparencia del colectivo arbitral.
### La Mano Involuntaria de Fermín y el Comentario Desafortunado
Uno de los momentos más polémicos del partido ocurrió cuando Fermín, jugador del Barcelona, tocó el balón con la mano de manera involuntaria antes de marcar lo que sería el quinto gol del equipo. La situación se complicó aún más cuando se reveló que, durante la revisión de la jugada en la sala VOR, se escuchó un comentario que ha indignado a muchos aficionados: «menos mal». Este comentario, que se interpretó como un alivio por parte de los árbitros al no permitir que el Barcelona anotara otro gol, ha generado una serie de teorías de conspiración y críticas hacia la Real Federación Española de Fútbol (RFEF).
El protocolo del VAR establece que cualquier mano en ataque que derive en un gol debe ser sancionada, independientemente de si fue voluntaria o no. Sin embargo, la situación se vuelve más compleja cuando se considera que el jugador del Real Madrid, Fede Valverde, recuperó el balón antes de que se concretara la jugada del gol. Esto ha llevado a un intenso debate sobre si la decisión del árbitro fue la correcta o si, por el contrario, se trató de un error que podría haber cambiado el rumbo del partido.
La conversación entre los árbitros, que se hizo pública, ha sido vista como una falta de profesionalismo y ha puesto en entredicho la imparcialidad del VAR. Muchos aficionados del Barcelona han interpretado el comentario como una señal de que los árbitros estaban deseando que el gol no se validara, lo que ha alimentado la indignación y el descontento hacia la gestión arbitral en este tipo de encuentros.
### La Mano de Tchouameni y el Penalti No Señalado
Otro punto de controversia en el Clásico fue la mano de Aurélien Tchouameni, jugador del Real Madrid, que interceptó un remate con su brazo. A pesar de que el VAR consideró que esta acción merecía un penalti, el árbitro principal, Hernández Hernández, decidió no sancionarlo tras revisar la jugada. En su análisis, el árbitro argumentó que la posición del brazo de Tchouameni era natural y que el ángulo de su extremidad con respecto al cuerpo no justificaba la sanción.
Sin embargo, esta decisión ha sido cuestionada por muchos expertos y aficionados, quienes argumentan que en situaciones similares se han pitado penaltis en otras ocasiones. La interpretación del árbitro sobre la posición del brazo y la presencia del portero, Thibaut Courtois, ha sido objeto de debate. Hernández Hernández mencionó que la presencia del portero detrás de Tchouameni influyó en su decisión, lo que ha llevado a la crítica de que el árbitro no debería considerar la posición del portero al juzgar una infracción.
La controversia se intensifica al considerar que, en situaciones donde un jugador bloquea un remate que va hacia la portería, la infracción debe ser sancionada independientemente de la posición del portero. Esto ha llevado a muchos a cuestionar la consistencia de las decisiones arbitrales y la aplicación del VAR en situaciones críticas.
### Implicaciones para el Futuro del VAR
Los incidentes del Clásico han puesto de manifiesto las debilidades del sistema VAR y la necesidad de una mayor claridad en las decisiones arbitrales. La falta de confianza en el sistema puede afectar la percepción del fútbol como un deporte justo y transparente. A medida que se acercan los momentos decisivos de la temporada, la presión sobre los árbitros y el uso del VAR solo aumentará.
La RFEF se enfrenta ahora a la difícil tarea de abordar estas controversias y restaurar la confianza en el sistema arbitral. La transparencia en la comunicación y la formación continua de los árbitros son esenciales para evitar que situaciones como las del Clásico se repitan en el futuro. Los aficionados merecen un fútbol donde las decisiones se tomen de manera justa y objetiva, sin lugar a dudas ni controversias que empañen la esencia del juego.