La reciente ejecución presupuestaria del Gobierno español ha revelado un incremento de tan solo 276 millones de euros en los créditos destinados a Defensa, lo que ha generado un amplio debate sobre la efectividad de las promesas realizadas por la administración de Pedro Sánchez. A pesar de las expectativas de un aumento significativo en la inversión en este sector, los datos muestran un crecimiento que se ha desacelerado en comparación con los meses anteriores, lo que plantea interrogantes sobre la dirección futura de la política de defensa del país.
### Contexto de la Inversión en Defensa
La inversión en Defensa es un tema crucial para cualquier nación, especialmente en un contexto global donde las tensiones geopolíticas están en aumento. En este sentido, el Gobierno español había prometido un gasto de 10.471 millones de euros para alcanzar el 2% del PIB en Defensa para 2029. Sin embargo, la ejecución presupuestaria hasta marzo de 2025 muestra que, a pesar de un aumento en los créditos, el ritmo de crecimiento ha disminuido notablemente. En febrero, el incremento interanual era del 8,8%, mientras que en marzo se ha reducido al 4,5%.
Este aumento de 276 millones de euros en los créditos de Defensa, que ahora totalizan 6.455 millones, incluye una ampliación de 354,89 millones de euros para inversiones militares asociadas al funcionamiento operativo. Sin embargo, este incremento es insuficiente para cumplir con las expectativas y las promesas realizadas por el Gobierno, lo que ha llevado a críticas tanto desde la oposición como desde sectores dentro del propio Gobierno.
### La Reacción de la OTAN y Comparativa Internacional
La situación se complica aún más cuando se considera la evaluación de la OTAN sobre el gasto en Defensa de España. Según la organización, el gasto proyectado por el Gobierno español para 2024 se sitúa en un 1,24% del PIB, lo que representa la cifra más baja entre los países miembros de la Alianza. Esta evaluación contrasta con el compromiso de alcanzar el 2% del PIB, lo que genera preocupación sobre la capacidad de España para cumplir con sus obligaciones internacionales.
Además, un informe de Eurostat ha revelado que España se encuentra entre los países que menos invierten en Defensa en la Unión Europea, con un gasto que no alcanza el 1% del PIB. Esto coloca a España en una posición desfavorable en comparación con otras naciones europeas como Francia, Italia y Alemania, que superan el 1% y tienen planes de aumentar significativamente su inversión en Defensa en los próximos años.
La falta de un aumento significativo en el gasto en Defensa no solo afecta la percepción internacional de España, sino que también plantea preguntas sobre la seguridad nacional y la capacidad del país para responder a posibles amenazas. La presión de la OTAN y la necesidad de cumplir con los compromisos de defensa han llevado a un debate sobre la viabilidad de las políticas actuales del Gobierno en este ámbito.
### Estrategias Presupuestarias y Recaudación
El Gobierno ha intentado justificar el bajo incremento en los créditos de Defensa mediante lo que el ministro de Economía ha denominado «ingeniería presupuestaria». Esto implica la utilización de ampliaciones de crédito y la reasignación de partidas para adaptarse a las necesidades financieras del momento. Sin embargo, esta estrategia ha sido criticada por su falta de transparencia y por no abordar de manera efectiva las necesidades reales del sector de Defensa.
A pesar de la escasa inversión en Defensa, los datos de recaudación tributaria han mostrado un crecimiento notable, con un aumento del 9,7% hasta marzo de 2025. Este incremento se debe en gran parte a un IRPF elevado y a la subida del IVA, lo que ha permitido al Gobierno contar con mayores recursos. Sin embargo, la negativa a deflactar la tarifa del IRPF ha llevado a un aumento en el tipo efectivo, lo que ha generado descontento entre los contribuyentes.
La situación actual plantea un dilema para el Gobierno: por un lado, la necesidad de aumentar la inversión en Defensa para cumplir con los compromisos internacionales y, por otro, la presión interna para mantener la recaudación tributaria y gestionar el gasto público de manera eficiente. La falta de un plan claro y coherente para abordar estas cuestiones podría tener repercusiones significativas en la política de defensa de España y en su posición en el contexto internacional.
En resumen, el incremento de 276 millones de euros en los créditos de Defensa es un reflejo de las dificultades que enfrenta el Gobierno para cumplir con sus promesas. La presión de la OTAN y la necesidad de aumentar la inversión en este sector son cuestiones que deben ser abordadas con urgencia para garantizar la seguridad nacional y la credibilidad internacional de España.